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27 de abril de 2016

¿Qué ha hecho el Estado chileno para promover un estilo de vida saludable?: una breve revisión histórica sobre las políticas públicas en torno al tema durante el siglo XX y XXI


Hoy en día somos testigos de una efervescencia social que está exigiendo cambios estructurales en el Estado chileno, siendo el tema de la salud uno de los que siempre ha estado presente en este tipo de demandas. Por esta razón, que dentro de este espacio deseamos realizar una breve revisión histórica en materia de promoción de estilos de vida saludable por parte del aparato estatal, de manera de hacer evidente que las políticas públicas en torno a estos temas responden al contexto histórico en el cual nos situamos.
De manera de ser prácticos, podemos destacar tres grandes momentos dentro de la historia del siglo XX en nuestro país que han marcado las políticas públicas en torno a la promoción de una vida saludable.
En primer lugar, encontramos al Chile de la primera mitad del siglo XX, marcado por los efectos de la industria del salitre que ha provocado una oleada migratoria desde el campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades de vida. Es así como seremos testigos del surgimiento de un nuevo actor social: el obrero, este sujeto peón del mundo rural que ahora comenzará a vender su fuerza de trabajo por un miserable salario.
Sin embargo esta masa obrera no aparecerá en las mejores condiciones, ya que las ciudades no estaban preparadas para recibir a tal volumen de personas comenzará a surgir graves problemas sanitarios producto de las pésimas condiciones de las viviendas en las que residirán con sus familias; el hacimiento provocará la proliferación de enfermedades infecto-contagiosas que mermarán a los sectores populares, así como también las enfermedades de transmisión sexual serán un gran agente causante de la mortalidad de este sector social.
Frente a este panorama conocido como “la cuestión social”, el Estado comenzará a responder a ella una vez terminado el parlamentarismo, cuando aquél comience a tomar un rol social tratando de dar una solución a los problemas de los sectores populares. Es así como las primeras políticas públicas que promoverán estilos de vida saludable se enmarcarán dentro de la corriente higienista, es decir, aquella “tendencia sanitaria, que precisamente llamaba a los Estados tomar parte e intervenir en las condiciones determinantes de la salud de sus ciudadanos”[1]. Por tanto, observamos que las primeras políticas sobre vida saludable apuntaban a una política de educación de la población en temas de higiene, siendo el Estado quien asumía un papel activo y la población actuaba pasivamente, recepcionando la información. Entonces comenzarán las campañas de vacunación, manipulación de alimentos, de higiene personal, entre otros.
Cabe destacar, además, que desde que el estado comienza a asumir un rol social con el establecimiento del Estado del Bienestar, en la década de los ’40, se incorporará el derecho a la salud como un bien garantizado y promovido por el estado, especialmente para aquellos sectores organizados de la población, y por ende, reconocidos ante el aparato estatal.
Un segundo gran momento en temas de políticas públicas de promoción de una vida saludable lo encontramos en la segunda mitad del siglo XX. Una época que estará marcada por las influencias de los procesos internacionales dentro de un contexto de guerra fría. En Chile veremos un país altamente movilizado, con proyectos de cambio importantes que promueven la incorporación de aquellos sectores no considerados por el Estado tales como campesinos, trabajadores no organizados y estudiantes universitarios.
En materia de salud, uno de los principales problemas que aquejaba a la población chilena era la alta tasa de desnutrición infantil, se evidencia que “entre 1950 y 1975 la tasa de mortalidad infantil cayó de 140 a 58 muertes por cada mil nacidos vivos”[2]. Esta caída de la mortalidad infantil, puede ser explicada gracias a un política pública que apuntaba a luchar contra la desnutrición, a través de la aplicación del Plan Nacional de Alimentación Complementaria, la cual consistía en la distribución de leche en polvo a los grupos de riesgo: madres embarazadas, lactantes y niños menores de 6 años; todo lo cual se complementaba con controles de salud periódicos.[3] Como podemos observar, es primera vez que el tema alimentario es parte de una política pública de gran envergadura en nuestro país.
Finalmente, el momento actual que podríamos ubicarlo entre fines del siglo XX y la presente década, ha estado marcado por un sistema de salud segregado, con un reconocimiento abierto en nuestra carta fundamental de la mercantilización de la salud como derecho. En tanto que dentro de las principales enfermedades que aquejan a la población chilena, la obesidad se ha convertido en una de las grandes epidemias del mundo globalizado, destacando que Chile ocupa el sexto lugar a nivel mundial con una mayor población obesa.
Frente a esta epidemia, el Estado chileno ha respondido en los últimos años con diferentes políticas que apuntan al consumo de una alimentación saludable, a la realización de actividad física y a tener hábitos más saludables tales como el no consumo de tabaco, alcohol, mayor consumo de agua, entre otros. Al respecto podemos mencionar políticas públicas tales como la creación del Consejo Nacional de Promoción de la Salud o Vida Chile (1998), la ley 20.066 sobre Composición Nutricional de Alimentos y su Publicidad (2012) y la Ley 20.670, Elige Vivir Sano (2013). Como podemos notar, en los últimos 4 años ha existido una tendencia de amparar estas políticas dentro de un marco legal, lo cual implica la reestructuración de planes y programas en todos los ámbitos vinculados a este tema, especialmente en lo que significa la educación formal.
Por esta razón, es que nos hemos planteado abordar este tema en nuestro blog contribuyendo al espacio de educación informal al respecto, considerando que la obesidad es la puerta de entrada de otras enfermedad crónicas[4] que hoy son parte de las principales causas de muerte en nuestro país, tales como los paros cardiorrespiratorios.
No obstante de lo anterior, creemos que es un deber del Estado generar políticas que apunten a hacer efectiva la teoría, hoy ya somos testigos de un avance en ello al instaurarse un programa a nivel JUNJI de promoción de estilos de vida saludable. Sin embargo, necesitamos que exista una articulación entre todos los niveles de enseñanza respecto a lo que fomenta la educación inicial[5]. De la misma forma consideramos que existe la necesidad de elaborar una política que apunte a desarrollar y fomentar el deporte en nuestro país, y eso se empieza financiando a nuestros exponentes en las diferentes disciplinas. Hoy se ha dado un gran paso con la ley de etiquetados, pero con una alimentación saludable no se disminuye por sí sola los niveles de obesidad y sobre peso en nuestro país. Tal como dice una autora argentina, hoy la promoción de la salud es un tema estatal, pero que debe promover la participación de todos sus ciudadanos.[6]




[1]Tapia, J., Revisión histórica y legislativa del derecho a la salud en Chile, tesis Universidad de Chile, Santiago, 2015, p 36. Consultado [Martes 26 de Abril de 2016]. Disponible en: http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/130057/Revisi%C3%B3n-hist%C3%B3rica-y-legislativa-del-derecho-a-la-salud-en-Chile.pdf?sequence=1
[2] Ibíd., p 76
[3] Ibíd., p 77
[4]  Lobo, F., Políticas públicas para la promoción de la alimentación saludable y la prevención de la obesidad, en Revista Española de Salud Pública v.81 N°5, Madrid, sep-oct 2007. Consultada [Martes 26 de Abril de 2016]. Disponible en http://www.scielosp.org/pdf/resp/v81n5/editorial.pdf
[5] Salinas, J., Correa, F., Vío, F., Marco normativo para promover una alimentación saludable en escuelas básicas de Chile, en Revista chilena de nutrición vol.40 n° 3, Santiago, septiembre 2013. Consultada [Martes 26 de Abril de 2016]. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182013000300010
[6] Domech, P., “Políticas públicas saludables. Algunas estrategias que facilitan la relación estado y sociedad. Promoción de la salud y participación”, en 3 congreso argentino de administración pública, sociedad, estado y administración: repensando las relaciones entre estado, democracia y desarrollo, San Miguel de Tucumán, Junio 2005. Consultada [Martes 26 de Abril de 2016]. Disponible en: https://aaeap.org.ar/wp-content/uploads/2013/03/Domench_Patricia1.pdf 

*También puedes revisar las siguientes páginas:

13 de abril de 2016

Desayuno: comenzando el día con energía

No existe nada mejor que comenzar el día lleno de energía y, por ello, el desayuno constituye la comida más importante del día. Es por esta razón que a continuación les presentamos la receta perfecta para iniciar la jornada diaria en forma sana y económica...

Tortilla de avena con plátano y miel
Ingredientes:

  • Media taza de avena
  • Una clara de huevo
  • Medio plátano
  • Una cucharada de miel
  • Agua
  • Semillas de linaza o chía, para decorar (opcional)
  • Palitos de canela  (opcional)

Procedimiento:
En un recipiente, poner la media taza de avena y los palitos de canela e incorporar el agua hasta ser absorbida por la avena y dejar reposar por 5 minutos
Agregar la clara de huevo  a la avena remojada y revolver.  
Una vez obtenida la mezcla, vertir en un saltén de teflón hasta cubrir toda la superficie y dorar por ambos.
Cuando la tortilla ya esté cocida, esparcir la cucharada de miel en ella.
finalmente, cortar el medio plátano en rodajas y decorar con media cucharadita de chía o linaza.

*Acompañar la tortilla con una taza de té, café, agua de hierbas o leche.